Algunos lugareños que andaban por esa zona nos dijeron que, supuestamente, habría, no muy lejos de ese lugar, una persona de sexo masculino, de entre cuarenta y cincuenta años de edad – o quizás un poco más –, que captura o hace capturar con “tramperos”, cardenales, jilgueros y otros pájaros de nuestra fauna silvestre, para luego comercializarlos vendiéndoselos a potenciales compradores, previamente contactados, que transitan en automotores por la ruta 81…
El mencionado individuo tendría o habría tenido en las proximidades una (o algunas) jaulas donde mantendría prisioneros a las pequeñas aves hasta que lleguen los que las van a comprar…
Quienes en alguna oportunidad en otros tiempos y lugares hemos realizado alguna investigación sobre este criminal tráfico y comercio de aves silvestres sabemos que más del noventa por ciento de los animales originalmente capturados mueren durante los diversos traslados hasta llegar al comprador final, debido a los terribles sufrimientos y a las espantosas y crueles condiciones a que son sometido estos indefensos animalitos…
Según algunos chicos (y adultos) que frecuentan esa parte de la Ruta, también en esta oportunidad, varios de los cadáveres de pájaros muertos aparecidos recientemente tendrían un origen similarmente cruel: habrían muerto de hambre o de sed, en una jaula, durante la ausencia de quien los tenía cautivos…
¿Será cierto?... En fin,… cosas que pasan…
Palo Santo, septiembre de 2.012.
Ramón Godoy